(Westport, Inglaterra, 1588-Hardwick Hall, id., 1679)
Filósofo inglés. Hijo
de un eclesiástico, quedó a cargo de su tío cuando aquél abandonó a su familia,
tras participar en una pelea en la puerta de su iglesia. Estudió en el Magdalen
Hall de Oxford, y en 1608 entró al servicio de la familia Cavendish como
preceptor de uno de sus hijos, a quien acompañó en sus viajes por Francia e
Italia entre 1608 y 1610. A la muerte de su alumno, en 1628, regresó de nuevo a
Francia para entrar al servicio de Gervase Clifton.
En dicho país permaneció hasta 1631,
cuando los Cavendish lo solicitaron de nuevo, como preceptor de otro de sus
hijos. En 1634, acompañando a su nuevo alumno, realizó otro viaje al
continente, ocasión que aprovechó para entrevistarse con Galileo y otros
pensadores y científicos de la época. En 1637 volvió a Inglaterra, pero el mal
ambiente político, que anunciaba ya la guerra civil, lo llevó a abandonar su
patria e instalarse en París en 1640.
Poco tiempo
antes había hecho circular entre sus amigos un ejemplar manuscrito de sus Elementos
de la ley natural y política, de los que, en forma de dos tratados
distintos, se editaron dos partes en 1650. En París comenzó a publicar las
distintas partes de su sistema, empezando con el De cive en 1642. En
1651 abandonó Francia y regresó a Inglaterra, llevándose consigo el manuscrito
del Leviatán, sin duda la más conocida de sus obras, que se editaría en
Londres ese mismo año.
En 1655 publicó
la primera parte de los Elementos de filosofía y en 1658, la segunda.
Estas dos obras completaban la trilogía iniciada con De cive. Tras la restauración
de 1660 gozó del favor real, pero las acusaciones de ateísmo que le lanzaron
los estamentos eclesiásticos lo llevaron a retirarse de la vida pública.
Durante los últimos años de su vida hizo una traducción en verso de la Ilíada
y la Odisea, y escribió una autobiografía en versos latinos.
Los contactos
que Hobbes tuvo con científicos de su época, que fueron decisivos para la
formación de sus ideas filosóficas, le llevaron a fundir su preocupación por
los problemas políticos y sociales con su interés por la geometría y el
pensamiento de los filósofos mecanicistas. Su pensamiento político pretende ser
una aplicación de las leyes del mecanicismo a los campos de la moral y la
política. Las leyes que rigen el comportamiento humano son, según Hobbes, las
mismas que rigen el universo, y son de origen divino.
De acuerdo con
ellas, el hombre en estado natural es antisocial por naturaleza y sólo se mueve
por el deseo y el temor. Su primera ley natural, que es la autoconservación, lo
induce a imponerse sobre los demás, de donde se deriva una situación de
permanente conflicto: «la guerra de todos contra todos», en la que «el hombre
es un lobo para el hombre».
Para poder
construir una sociedad es necesario, pues, que cada individuo renuncie a una
parte de sus deseos y llegue a un acuerdo mutuo de no aniquilación con los
demás. Se trata de establecer un «contrato social», de transferir los derechos
que el hombre posee naturalmente sobre todas las cosas en favor de un soberano
dotado de derechos ilimitados. Este monarca absoluto, cuya soberanía no reside
en el derecho divino sino en los derechos transferidos, sería el único capaz de
hacer respetar el contrato social y garantizar, así, el orden y la paz,
ejerciendo el monopolio de la violencia, que desaparecería de este modo de la
relación entre individuos.
Fuente: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hobbes.htm
Fuente: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hobbes.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sólo se aceptan comentarios académicos o relacionados con los servicios de la biblioteca.