Nacio en buenos Aires el 13 de julio de 1842 y fue uno de los más destacados intelectuales de la segunda mitad del siglo XIX, además de ser quizás el orador más eminente de nuestro país durante esos años. Historiador por vocación y de formación autodidacta, católico combativo, periodista y político encumbrado, Estrada se erige en uno de los representantes más genuinos del pensamiento argentino a comienzos del período moderno.
Incorporada Buenos Aires a la Confederación, adhirió a la Constitución Nacional, y publicó el opúsculo Signun Foederis (El signo de la Confederación), que se convirtió en su profesión de fe religiosa, nacional y política. Poco después, en 1861, publicó El génesis de nuestra raza, una obra polémica en la que replicaba al profesor Gustavo Minelli, quien había levantado banderas anticatólicas.

Estos conseguían triunfos, como la consagración de la enseñanza laica, sancionada por el Congreso Pedagógico de 1882 y tratada en la Cámara de Diputados de la Nación en julio de 1883. Estrada, mientras tanto, realizaba giras proselitistas por el interior, celebrando congresos católicos y lanzando sus más furibundas diatribas contra el Gobierno. En represalia, fue separado de todos sus cargos públicos, aunque no pudieron callarlo. En 1884, la Primera Asamblea de Católicos Argentinos tuvo una concurrencia excepcional y gestó una alianza política en defensa de las ideas católicas. Estrada fue elegido diputado nacional. En el Congreso, pronunció discursos llenos de vigor expositivo y que fueron centrales en varios debates, especialmente los que enmarcaron el tratamiento de la Ley de Matrimonio Civil, sancionada finalmente en 1888.
Luego de apoyar el gobierno de Juárez Celman, Estrada se incorporó a la Unión Cívica. En abril de 1890, mientras pronunciaba un discurso en el Frontón de Buenos Aires, sufrió una descompensación que le obligó a retirarse por un tiempo de la vida pública. La revolución radical de julio lo encontró en Rosario de la Frontera, donde se hallaba descansando y reponiéndose. De inmediato, viajó a Buenos Aires y tomó parte de las gestiones políticas que siguieron a la fallida revolución.
Comandando las fuerzas políticas católicas, apoyó la candidatura de Luis Saénz Peña, quién en agradeciemiento le ofreció el cargo de Ministro. Rehusó ese cargo, pero aceptó el de Ministro plenipotenciario en Paraguay, función en la que permanecería durante un año. En septiembre de 1894, la enfermedad lo venció y falleció en la capital paraguaya.Murió en Asunción (Paraguay) el 17 de setiembre de 1894.
Fuente: http://www.todo-argentina.net/biografias/Personajes/jose_manuel_estrada.htm
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