Hipólito Yrigoyen fue dos
veces presidente del país entre 1916-1922 y 1928-1930, representando a la
U.C.R..

A lo largo de su vida mostró gran versatilidad en
el desempeño de diversas funciones: comisario de policía en el barrio de
Balvanera, presidente del Consejo escolar de la misma ciudad, profesor de
historia, filosofía e instrucción cívica, estudiante de abogacía, diputado,
terrateniente, jefe revolucionario y presidente de la República Argentina.
Durante los años que ejerció la docencia, entre
1880 y 1905, donó sus honorarios al Hospital de Niños.
Participó y lideró numerosas revoluciones, que si
bien fracasaron en sus objetivos concretos, prepararon el terreno para la
implementación de la Ley Sáenz Peña.
Luego del suicidio de su tío, se enfrentó a duelo
con el santafecino Lisandro de la Torre, experto esgrimista, al cual derrotó
–pese a carecer él mismo de toda experiencia de esgrima-, dejándole numerosas
marcas en su cuerpo y rostro.
El 12 de octubre de 1916, asumió por primera vez la
presidencia del país. Concluía así el período conservador. Ese día la multitud
enfervorizada desenganchó espontáneamente los caballos del carruaje que
trasladaba al flamante líder radical desde el Congreso y lo llevó a pulso hasta
la Casa Rosada.
Estas elecciones que dieron triunfo a Yrigoyen
fueron las primeras que se realizaron a nivel nacional bajo los auspicios de la
llamada Ley Sáenz Peña (ley electoral de 1912), que imponía el voto universal,
secreto y obligatorio.
En 1928 Yrigoyen fue electo
presidente del país por segunda vez por una abrumadora mayoría en una elección
conocida como “el plebiscito”. Su período de gobierno quedó inconcluso como
consecuencia del golpe de estado producido el 6 de septiembre de 1930, que
encabezó el general José Félix Uriburu y dio comienzo a la “década infame”.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar (por Mariano Fain)
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