domingo, 8 de diciembre de 2013

Aniversario de la Muerte de Herbert Spencer



 (1820-1903) - Brian Holmes1 Herbert Spencer fue un aficionado con dotes. En comparación con sus célebres contemporáneos,
no fue tan precoz como J. S. Mill, ni recibió una educación tan completa como Charles Darwin o T. H. Huxley. El famoso filósofo J. S. Mill aprendió griego a los tres años de edad y a los seis años y medio (Bain, 1882) había escrito una historia de Roma. Tanto Darwin, que frecuentó la famosa escuela pública de Shrewsbury (Barlow, 1958), como Huxley, que fue a una de las escuelas privadas más conocidas de Inglaterra (Bibby, 1959), recibieron una educación formal más completa que Spencer. Y sin embargo, en una época en que la carencia de una educación pública popular hacía que pocos alumnos adquiriesen una educación basada en las lenguas clásicas, no puede decirse que la educación de Spencer fuera insuficiente. Frecuentó una escuela local durante tres años, pero no aprendió a leer hasta los siete años de edad. A los trece años se fue a vivir con su tío, Thomas Spencer, que después de una brillante carrera en la Universidad de Cambridge se había hecho pastor de una parroquia cercana a Bath. El joven Herbert empezó fugándose de la casa de su tío, pero regresó para adquirir, en sus propias palabras (Spencer,1850, pág. 115), algunos conocimientos de matemáticas, física y química, un poco de francés,algo de gramática griega y la capacidad de traducir textos fáciles del latín. Tras rechazar la oferta de un puesto en la Universidad de Cambridge, que le había agenciado su tío, a los 16 años Spencer empezó a buscar trabajo. Cincuenta años después recordaría sus estudios con gratitud, y el estímulo al trabajo que recibió en la escuela dirigida por su tío. Sus críticas contra la  educación formal se centraban específicamente en la enseñanza impartida en las escuelas que frecuentaron sus amigos de la edad adulta, los cuales, a pesar de ello, se convirtieron en famosos filósofos y científicos profesionales. Es posible que la escolaridad formal no haya sido decisiva en las carreras de ninguno de estos gigantes intelectuales de la Inglaterra del siglo XIX; sin embargo, Spencer fue un aficionado entre profesionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sólo se aceptan comentarios académicos o relacionados con los servicios de la biblioteca.