(Cherbourg, 1847 -
Boulogne-sur-Seine, 1922) Filósofo y político teórico francés. Hijo de una
familia de la burguesía provincial normanda, recibió de ella la afición al
trabajo y los sentimientos morales y religiosos, que mantuvo siempre vivos y
profundos, aun después de perdida la fe. Realizados los estudios secundarios
en la ciudad natal, fue enviado al
Colegio Rollin de París; luego ingresó en la École Polytechnique. Llegado en
1870 a ingeniero de caminos y puentes, vivió en el territorio provincial
durante veinticinco años; finalmente, nombrado ingeniero jefe, abandonó el
cargo sin ni tan sólo pedir el permiso correspondiente y se entregó con plena
libertad a la actividad meramente intelectual.
A
partir de 1892 no conservó más funciones que las de administrador de la École
des Hautes Études Sociales. En 1895, junto con Bonnet y Deville, fundó Le
devenir social, revista que persistió hasta 1897; colaboró en Mouvement
Socialiste, de Lagardelle; Ére Nouvelle, Revue de Metaphisique et
de Morale y varias publicaciones italianas y alemanas. En 1897 se retiró,
con su sobrino y la esposa de este último, a la pequeña casa de
Boulogne-sur-Seine, donde permaneció hasta el fin de sus días.
Todavía
conservador en 1889, pasó al socialismo democrático en 1893; luego aceptó el
marxismo, con todas sus perspectivas revolucionarias, y más tarde, desengañado
del proletariado, se aproximó, en 1911, a los nacionalistas de la Action
Française; finalmente, la primera Guerra Mundial reanimó su oposición a las
democracias, que le indujo a considerar la revolución rusa como aurora de una
nueva era en Matériaux d'une théorie du proletariat (1919) y Plaidoyer
pour Lénine (1921).
Fue
Sorel quien señaló con eficacia, antes del desarrollo de nuevas orientaciones
fenomenológicas y existencialistas, el camino seguido por Bergson: la
revalidación de la idea de instinto y misterio a la que este filósofo llegara a
través de reflexiones sobre los fenómenos biológicos y las inclinaciones
naturalistas. En su opinión, es posible deducir variaciones y transformaciones
de la sociedad a partir de signos ínfimos y poco visibles, contrariamente a la
afirmación de Darwin según la cual las modificaciones muy pequeñas no pueden
asegurar el triunfo de especies nuevas sobre las antiguas.
Notable
es también la actitud de Sorel en la valoración de las actividades espirituales
más elevadas y libres, como la ciencia y la religión, de las cuales excluye, en
franca oposición a Marx, todo carácter pragmático.
Sorel
avanzó algunas dudas sobre varios puntos de las enseñanzas oficiales del marxismo:
negligencia de los factores morales, confianza excesiva en la ciencia (que
define como "pequeña ciencia"), e interpretación insuficiente o
errónea de la evolución social y del movimiento obrero. Bajo la influencia de
Vico aplicó sus cánones históricos al cristianismo. Con elevada conciencia
reivindicó los valores del mismo, y llegó, por ello, a ser juzgado autor de la
revolución extrema del espíritu cristiano. Condenó todas las formas de religión
social, ya en cuanto faltas de un verdadero mérito religioso o por su tendencia
a la mediocridad el cálculo y el utilitarismo.
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