Nació en
Buenos Aires el 23 de diciembre de 1831, hijo mayor del general Lucio Mansilla
—que luchó contra las naves europeas en la Vuelta de Obligado— y de Agustina
Rosas, hermana menor de Juan Manuel. A los diecisiete años y por consejo
paterno, emprendió un viaje de negocios hasta la India que de regreso le
permitió visitar Asia, Egipto y Europa. Retornó a Buenos Aires en 1851, pero
cuando se produjo la derrota de Rosas, su padre lo llevó al extranjero y en
París alternó con la sociedad europea.
En agosto de 1852 volvió al Plata, y más tarde —en 1857— se trasladó a Paraná donde fue diputado de la Confederación y se inició en el periodismo. En favor de las tropas porteñas y con el grado de capitán, Mansilla participó en 1861 en la batalla de Pavón y posteriormente intervino en la guerra del Paraguay, donde fue ascendido a coronel. En 1869, el presidente Sarmiento lo designó jefe de la frontera contra los indios en Río Cuarto, al sur de Córdoba. Inspirado en una arriesgada empresa de esa época escribio su mejor obra: Una excursión a los indios ranqueles.
En su carrera militar alcanzó el grado de general de división y en política bregó por las candidaturas presidenciales de Avellaneda y Roca. Con el trascurso de los años murieron sus seres queridos y debió soportar reveses económicos. En función diplomática se radicó en Europa a partir de 1896, para vivir sus últimos años en París. Hombre de mundo y con una cultura y estilo literario de acuerdo con el romanticismo y positivismo que caracterizaron a su época, llevó una vida ostensible y exhibicionista, probablemente para disipar las prevenciones de los círculos sociales porteños, que podían reprocharle su parentesco con Rosas. Su existencia aventurera y galante —en más de una oportunidad se vanaglorió de "dandy"—influyó en su actividad literaria y por esto fue un escritor desigual, de prosa desordenada, pero muy am ena, tanto como las charlas de las tertulias sociales a las que era tan afecto. Escribió mucho y habló más, según expresión de Ricardo Rojas.Se destacó como prosista en la segunda mitad del siglo XIX y precursor de la generación del 80, sus escritos están ligados íntimamente a su vida y en ellos, es el personaje protagónico.
Entre sus obras más representativas
debe mencionarse una serie de artículos que publicó en el periódico "Sud
América" y denominó "Causeries del jueves" —del francés causeur:
conversador— editados en forma de libro con el título: Entre-Nos (año
1890). También un ensayo histórico sobre el período en que gobernó su tío y
denominó Rosas, y Mis memorias, con recuerdos de su infancia y
adolescencia. Pero el libro que le ha permitido ocupar un lugar de importancia
en la historia de nuestra literatura es Una excursión a los indios ranqueles
(1877), premiado en el Congreso Geográfico Internacional de París. Con gran
talento para la narrativa, describe —uniendo el relato con la anécdota y el
epigrama— su pacífica empresa por territorio aborigen que efectuó acompañado
por dos franciscanos, cuatro oficiales y un contingente de soldados. De esta
obra se han realizado muchas ediciones y fue traducida al francés, inglés,
alemán e italiano. Lucio Victorio Mansilla murió en Paris, ciego y octogenario,
el 8 de octubre de 1913.
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